martes, 19 de enero de 2010


LOS REALEJOS DESDE LA CARRERA-JARDIN




domingo, 17 de enero de 2010

COSTAS DE LOS REALEJOS.




















ROMERÍA DE TIGAIGA, BARRIO DE LOS REALEJOS. DÍA SOLEADO. PRIMERA ROMERÍA DEL AÑO. BUEN VINO Y BUENA CARNE.


VISTAS DESDE PALO BLANCO, BARRIO DE LOS REALEJOS










PISTA FORESTAL ENTRE EL PARQUE DE CHANAGIGA Y LA CORONA, VISTAS ESPECTACULARES Y MUCHA PAZ.

MIRADOR DE LA CORONA, DESDE AQUÍ SE VE MUY BIEN TODO EL VALLE DE LA OROTAVA HASTA LA PUNTA DEL HIDALGO. LUGAR DE SALIDA DE PARAPENTES.
Zonas recreativas
Los Realejos cuenta con cuatro zonas de esparcimiento en la naturaleza de gran calidad, que ofrecen, a todas aquellas personas que gustan de pasar un rato agradable en compañía de familiares y amigos, un marco incomparable y único para la realización de todo tipo de actividades recreativas y de ocio.
En la zona alta de los barrios de Palo Blanco y Las Llanadas, en el límite natural entre las formaciones arbóreas de fayal brezal y pinar, se encuentra la zona recreativa de Chanajija, una de las más importantes de la isla de Tenerife, en cuanto a su capacidad y prestación de servicios. Es una zona a la que llegan y de la que parten gran cantidad de senderos, que permiten al caminante, descender hasta la costa o ascender hasta las cumbres más altas de la isla.
Para los que sólo deseen hacer una parada en su recorrido por la isla, nada mejor que visitar las zonas recreativas de la Higuerita y Barranco de Ruíz, la primera de ellas, situada en pleno corazón del Valle de la Orotava, en uno de los márgenes de la carretera C-820 Orotava - Icod de los Vinos, cuenta con todos los equipamientos necesarios para cubrir las expectativas del turista más exigente.
La zona recreativa de Barranco de Ruíz, situada en los márgenes de la misma vía, en el límite con el término municipal de San Juan de la Rambla, presenta la particularidad de poder contemplar en su inmensidad parte del tramo final de este barranco, declarado Sitio de Interés Científico y ya comentado previamente en esta guía. Además, su cercanía a los espacios costeros del municipio, hacen de él un lugar privilegiado para recorrer los senderos de las costa o los que parten del propio Barranco de Ruíz.
Los que deseen un mayor contacto con el medio ambiente y con las posibilidades de aprendizaje que éste entraña, deben obligatoriamente visitar el Aula de la Naturaleza Emilio Fernández Muñoz, una zona de campamento situada en el pinar del municipio, a escasa distancia del Parque Nacional del Teide, y que tiene todos los servicios e instalaciones para la celebración de convivencias y reuniones de grupos, en un entorno verdaderamente único.
Cada área y espacio natural de Los Realejos está comunicada con el resto de zonas naturales, a través de antiguos senderos y caminos reales, de forma que podemos recorrer a pie, prácticamente todo el municipio. Desde la costa hasta la cumbre, el senderista podrá encontrar multitud de vistas y panorámicas espectaculares, que incluyen además, la posibilidad de observar especies de la flora y fauna muy raras y amenazadas, que gracias al abrigo que les ofrecen los espacios naturales realejeros siguen subsistiendo en el presente con garantías de futuro.
Paisaje Protegido de la Rambla de Castro
La costa del municipio de Los Realejos encierra numerosos atractivos de carácter histórico y natural. El verdor de las plataneras y el encanto de sus ricas haciendas, nos conducen a uno de los espacios protegidos más relevantes de la geografía canaria: La Rambla de Castro.
En su interior podemos encontrar elementos naturales que destacan por su rareza o singularidad, teniendo además, interés científico especial, el caso de los bosquetes de palmeras canarias que alberga, que son elementos testimoniales de antiguas formaciones vegetales. Además, cuenta con poblaciones catalogadas como especies protegidas de la flora endémica de Canarias y especies de interés comunitario en el marco de la normativa de la Unión Europea.
El Mayorazgo de Castro data de comienzos del siglo XVI y sus orígenes se remontan al reparto de tierras y heredades que se fraguó al finalizar la Conquista de Tenerife, por el Adelantado Alonso Fernández de Lugo. Enmarcados en esta zona, no podemos perder tres referencias importantes del entorno: La Hacienda de Castro, la Ermita de San Pedro y el Fortín de San Fernando. Sobre un altozano desde donde se contempla todo el paraje, se eleva la ermita dedicada a San Pedro. Es una edificación del S. XVIII y alberga la imagen del Apóstol, talla completa del barroco isleño. Más abajo encontramos la Hacienda de Castro, situada entre la desembocadura del barranco de Godínez y la Rambla del Mar. Es la hacienda más importante de la zona costera y tiene fechados sus primeros comienzos como hacienda en el S.XVI.
En uno de los extremos del Mayorazgo encontramos El Fortín de San Fernando, una fortaleza defensiva que fue construida a finales del Siglo XVIII y que en 1.808 contaba con una tronera compuesta por cinco cañones, colocados por Agustín de Bethencourt y Castro . Su construcción se debió principalmente al estado de inseguridad que reinaba en las aguas costeras, por la presencia de piratas que asaltaban las embarcaciones que partían de las islas rumbo a la península.
Desde la mansión de los Castro y desde muchas zonas de este paraje natural, se puede contemplar hacia el este, las ruinas del Elevador de Aguas de Gordejuela, industria construida en 1.903 por la casa Hamilton. Una obra que marcó un hito en su tiempo por lo complicado de la orografía del terreno y por haberse instalado en su interior la primera máquina de vapor de la Isla de Tenerife. Su objetivo era utilizar las aguas que nacen en Gordejuela para dar fuerza motriz a un molino harinero, y elevarlas hasta la zona de cultivo del plátano, que comprendía terrenos de ambos Realejos.
El Agua, siempre presente en este espacio protegido, garantizaba que esta región fuera una de las más verdes, fecundas y ricas de toda la isla. La vegetación que alberga estos acantilados, además de los bellos palmerales ya mencionados, está compuesta por una serie de especies adaptadas a vivir en condiciones adversas, abundando una de las comunidades de plantas más comunes de las zonas costeras de nuestra isla: el tabaibal-cardonal. Tampoco podía faltar el drago, símbolo vegetal por excelencia de los canarios.
La mayor parte de la avifauna nidificante en la Rambla de Castro, es endémica a nivel subespecífico y supone el exponente más claro de adaptación al medio natural de nuestra isla y de la evolución de cada especie. Incluye zonas de importancia vital para determinadas fases de la biología de las especies animales, tales como áreas de reproducción y cría de la pardela cenicienta, especie calificada como " de interés especial " en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.

PAISAJES PROTEGIDOS, CAMPECHAS, TIGAIGA Y RUIZ

Paisaje Protegido Campeches, Tigaiga y Ruiz
El Paisaje Protegido de Los Campeches, Tigaiga y Ruíz constituye una misma unidad geográfica y paisajística integrada por estos tres espacios naturales, que están situados al oeste del Valle de La Orotava. Se trata de un paisaje abrupto de gran belleza, perfilado por grandes escarpes.
El Paisaje protegido contempla además los acantilados costeros de El Terrero, donde abundan pequeñas zonas de bosquetes de vegetación termófila y formaciones de plantas rupícolas. Estos acantilados pueden llegar a alcanzar alturas de más de 500 metros, y constituyen unidades geomorfológicas representativas de destacados procesos geológicos.
Su interior atesora una alta biodiversidad de especies endémicas, que le confieren un destacado interés científico. La vegetación de las zonas bajas se caracteriza por la existencia de comunidades rupícolas en los acantilados, junto con cardonales-tabaibales. En la parte media aparece el fayal-brezal y restos de laurisilva. En la parte alta se localizan repoblaciones de pino canario y radiata, mientras que en el cauce del Barranco, los sauces son los ejemplares arbóreos más representativos. En Icod el Alto y en los Campeches son frecuentes las parcelas de cultivos y algunas viviendas dispersas, ligadas a las explotaciones, que conforman un paisaje agrario de alto valor cultural, siendo la papa y los cereales, especialmente el trigo, los cultivos que predominan.
La laurisilva de Los Realejos posee una gran importancia a todos los niveles, especialmente teniendo en cuenta la existencia en la misma, de un alto porcentaje de especies florísticas y faunísticas endémicas de Canarias, algunas muy raras y casi a punto de extinguirse, como las palomas rabiche y turqué, otras muy amenazadas como el cabezón y uno de los muchos taginastes de Tenerife. Además, hay que destacar la gran variedad de la avifauna, que incluye canarios, herrerillos, capirotes, currucas, alpispas, reyezuelos, pinzones y petirrojos, entre otras especies. En las paredes del barranco nidifican además cernícalos y aguilillas.
Por estos motivos, este espacio natural protegido se ha convertido en un enclave de gran importancia para la preservación de especies animales y vegetales en peligro, siendo declarado Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), en el marco de la normativa medioambiental europea.

NUESTRA HISTORIA

Fusión de Realejo Alto y Realejo Bajo La “Fusión de Realejo Alto y Realejo Bajo” a mediados del siglo XX, puede considerarse –sin temor a equivocarnos– como el hecho de mayor relevancia política de la historia de ambos municipios, y, por consiguiente, en un aspecto fundamental para entender la realidad de la Villa de Los Realejos, producto de esa unificación. Muchos autores podrían argumentar en contra de esta tesis aludiendo a momentos históricos de gran trascendencia como el estallido de la Guerra Civil o la restauración democrática en los Ayuntamientos de 1979; sin embargo, estas etapas –cuya importancia es incuestionable– se ponen de manifiesto en nuestro municipio como respuesta a un proceso de mayor envergadura que afecta a todas las administraciones del territorio nacional. La “Fusión”, por el contrario, es un proyecto genuinamente realejero, presente en la vida cotidiana de ambos pueblos desde su constitución como tales y que aspiraba a “oficializar” unas relaciones puestas de manifiesto en todos los niveles (económico, político y sociocultural) como lo demuestra el nacimiento de “Los Realejos” en el año 1955.El camino hacia la unión se inicia, no obstante, mucho antes. Si tomamos la fecha de 1814 como la posible para la creación del primer Ayuntamiento Constitucional de Realejo Alto –tal y como podemos comprobar en la documentación conservada en el Archivo Municipal-, las corporaciones tardaron poco menos de una década en llevar a efecto la primera unión de hecho de Realejo Alto y Realejo Bajo, materializada en febrero de 1823. Apenas se pudo formalizar nada; la restauración del Antiguo Régimen implicó una vuelta atrás que devolvía a ambos pueblos a su antigua condición en octubre de aquel mismo año. Un segundo intento se produciría en 1836, al amparo de la nueva Constitución vigente. Ni siquiera se llegó a instaurar un único Ayuntamiento, ya que el gobierno electo con carácter interino, había celebrado apenas dos sesiones cuando se le comunicó la vuelta al “status quo” anterior. El siglo XIX representa, como hemos visto, una etapa verdaderamente hostil para el deseo de fusión de ambos pueblos. La inestabilidad política propia de esa centuria se refleja en la frustración de las Corporaciones en todo intento de unificación, hasta el punto de abandonarse la idea durante casi noventa años.Así es, habría que esperar hasta 1925 para ver incluido en las Actas de Pleno del Ayuntamiento de Realejo Alto algún punto del orden del día referente a la fusión con el Realejo Bajo. En la sesión del cinco de julio de ese año se aprueba la unión, pero, apenas unos días después, algunos concejales se retractan de su voto ya que las condiciones estipuladas en el acuerdo no parecen convencer a los ediles ni a un buen número de vecinos. Por primera vez en el largo proceso de la fusión, nos encontramos en la documentación un sentimiento de rechazo popular por este asunto. Esta hostilidad explica que la cuestión se resolviera en los tribunales, anulando la Audiencia Provincial el acuerdo dos años después. El último intento antes del definitivo de mediados del XX, es reseñable por su carácter anecdótico. En 1928 visita Canarias el Jefe del Gobierno, Miguel Primo de Rivera; enterado del asunto fallido de la fusión, se muestra especialmente interesado, tomando partido por la unión e incluso proponiendo el redundante nombre de “Realejos del Rey” para el futuro municipio. Un informe de la Comisión Municipal Permanente de Realejo Alto de finales de 1928 desaconseja por completo retomar la cuestión, ya que aún está presente la discordia generada en 1925.

NORTE DE TENERIFE


DESDE AQUÍ ME GUSTARÍA HABLAR DEL NORTE DE TENERIFE Y SOBRE TODO DE MI PUEBLO ( LOS REALEJOS ) TENDRÉ QUE APRENDER A VER COMO ME SALE. SALUDOS.
» La Bandera
La bandera de la villa tiene forma rectangular con una proporción de tres de largo por dos de ancho, dividida en dos franjas horizontales de igual anchura, siendo la superior de color azul celeste y la inferior de color blanco. En el centro del paño figura el escudo de la villa anteriormente descrito, siendo su altura de 2/5 del ancho de la bandera.
Escudo de Armas de La Villa
Aprobado por el Consejo de Ministros en su reunión del día 6 de marzo de 1959.
[Bajar fichero del escudo] - [Ver manual de uso]
Explicación:
Lado derecho, contiene las armas de la extinguida Villa de Realejo Alto. Aparece registrado en 1.929 por el cronista oficial de Canarias Don Francisco P. Montes de Oca García. El campo de oro representa la riqueza de este territorio y en los demás elementos hace alusión a la paz firmada por el conquistador de Tenerife, el adelantado Don Alonso Fernández de Lugo, representado por el Pendón de Castilla, y los menceyes guanches, representados por la añepa adornada con palmas. Hecho que tuvo lugar en este territorio, donde se levanta el templo dedicado al Apóstol Santiago, de ahí la Cruz de la Orden de Santiago, ya que según la tradición fue el día del santo cuando se celebró este acontecimiento.
Lado izquierdo, figuran las armas del extinguido Municipio de Realejo Bajo. Como consecuencia de haberse incendiado su Ayuntamiento, no se sabe con certeza la fecha de la autorización de este escudo. Figuraba en el reverso del Pendón Municipal (en el anverso aparecerán las armas de los Reyes Católicos), que tradicionalmente se usaba en la procesión cívica realizada el día de San Vicente Mártir, en cumplimiento del voto realizado en 1610 por la Corporación Municipal al haber finalizado el día del santo mártir la Peste de Landres. Sobre su significado se han dado dos hipótesis. Una de ellas es la de que en el Realejo Bajo existía la gran Hacienda de los Príncipes' que constituía una fortaleza, representada por el castillo que figura solo en la punta del escudo. Ésta se encontraba defendida por dos castillos existentes en la costa, el de Guindaste y el del Mayorazgo o Fajana. Para poder llegar a la fortaleza era necesario abrir las puertas (esto se representa por la llave encadenada) de los citados castillos situados estratégicamente. El oro de éstos representa la seguridad y fortaleza, y el rojo de su campo viene a significar el derramamiento de sangre que conllevará la firmeza y patriotismo de sus moradores en la defensa de la fortaleza.
La otra hipótesis relaciona los tres castillos con las tres fortificaciones que existían a lo largo de su costa y en los lugares conocidos como Rambla de Castro, el Guindaste y Gordejuela.
Está timbrado con corona real abierta, de los Reyes Católicos que incorporaron esta tierra a sus dominios.
Descripción:
Escudo partido en pal, primero en campo de oro, la Cruz de gules (rojo) de la Orden de Santiago y en su punta, cruzados, a la derecha el Pendón morado de Castilla en una lanza, y a la izquierda una añepa guanche con una esterilla de hojas de palma de sinople (verde). Segundo, en campo de gules (rojo), tres castillos almenados, cadena y llave, todos de oro. Los castillos van colocados dos en jefe y uno en punta. La cadena cuelga por sus extremos de las almenas de los dos castillos en jefe, y de su centro pende la llave sobre el castillo en punta. Al timbre, corona real abierta.
Ficheros de trabajo.
A continuación puede encontrar las diferentes variantes del escudo municipal en los diferentes formatos gráficos más populares, para trabajos de impresión y rotulación, siempre se debe usar los ficheros vectoriales del escudo (PDF y AI). El formato JPG, que se encuentra solo debe usarse para documentos que no vayan a tener salidas de impresión profesional.
Antes del uso del escudo, se recomienda consultar el manual de utilización del escudo municipal.